Los conflictos entre seres humanos han sido uno de los temas inherentes y recurrentes entre estos, dado que los roces, desacuerdos y problemas, son de las situaciones más comunes que se presentan.
Para gestionarlos se han desarrollado múltiples formas, entre las principalmente hay dos enfoques muy importantes. Un enfoque estrictamente racional y otro enfoque emocional, este segundo es utilizado por las personas que poseen una buena inteligencia emocional y basan en las emociones y sentimientos la solución de los conflictos.
Teniendo en cuenta que una solución de conflictos basada en emociones, es exitosa, si responde a las necesidades de cada una de las personas inmersa en el conflicto, es importante leer las emociones de los demás para poder entender sus necesidades.
De esta misma forma, si no está en contacto con sus propios sentimientos y como estos están entrelazados con sus necesidades, entonces no podrá basarse en ellos para resolver el conflicto.