Como sabemos, parte fundamental del gobierno de las Empresas, es su Junta Directiva, dada la característica de ser el engranaje entre Los accionistas y el CEO de la empresa; es decir entre el capital y la ejecución. Es en la Junta Directiva donde se traducen los intereses, sueños, y visiones, de los dueños, para convertirse en planes y objetivos a ser ejecutados y alcanzados por parte de la administración, siendo la misma Junta parte de ella.
Por lo tanto, escoger bien los miembros de una Junta Directiva, es fundamental para la empresa, toda vez que ellos son los traductores de ese lenguaje corporativo. En un comienzo las personas llamadas a ser miembros de las juntas directivas, eran amigos de los accionistas; que, por su cercana relación personal, merecían de la confianza de los dueños, pero su aporte se veía afectado por esta relación de amistad. Sin embargo, esto ha ido cambiando en el tiempo. Se convenció a los accionistas de escoger personas conocedoras de los temas empresariales, del área en la cual actuaba la empresa e inclusive, la especialidad de conocimiento y experiencia en áreas como la financiera, comercial, Logística, Jurídica, etc.
Posteriormente se exigió que algunos de los miembros de la junta fueran miembros independientes; es decir, sin ninguna relación con la empresa, sus accionistas, proveedores, etc. Para así tener la independencia suficiente que les permitiera actuar más libremente como directores. Estos miembros independientes han permitido balancear el comportamiento y resultado de las juntas, toda vez que su independencia les permite opinar más sinceramente y a favor de los intereses de la empresa, por lo cual las decisiones has sido mejores.
Ahora, llego a las juntas el tema del sexo de sus directores, es decir los hombres usualmente dueños de estos cargos, ahora ven cómo las mujeres los retan para llegar a estos máximos niveles Organizacionales.
California el 10 de septiembre de 2018, a través de La ley SB 826, se convierte en el primer estado de la unión que obliga a las compañías cotizadas con sede en California a que tengan al menos una mujer en su consejo de administración antes de que acabe 2019. Después de la fecha citada, si el consejo está formado por cuatro personas o menos, tiene que haber al menos una mujer. Si son cinco personas, tiene que haber al menos dos mujeres. Si son seis consejeros o más, al menos tres tienen que ser mujeres. Estas cifras deben alcanzarse antes del fin de 2021. Las multas por incumplimiento van de 100.000 a 300.000 dólares.
En Europa este tipo de normas es una realidad en países como Alemania, donde es obligatorio por ley un 30% de mujeres en los consejos de las empresas cotizadas. Noruega impone el 40% y se abre paso en otros como Italia y Bélgica. El nuevo Gobierno español anunció en julio que quiere obligar a que los consejos sean paritarios a partir de 2023.
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