Varios son los motivos por los cuales el dueño de una empresa decide retirarse del comando de esta. Edad, múltiples ocupaciones, heredarla, o entender que el momento adecuado ha llegado. Tomada la decisión hay dos labores primordiales a ejecutar:
Primero, prever la creación de un sistema de gobierno corporativo, en el cual una Junta Directiva o de Socios, según el caso, juegue un papel preponderante, articulando la comunicación entre la presidencia ejecutiva y los accionistas.
Segundo, escoger el mejor remplazo, y anunciarlo para mantener un clima organizacional adecuado y evitar guerras de poder. Escogida la persona, importante dedicar un tiempo a entrenarla, delegarle poco a poco funciones importantes, y fijar una fecha en la cual esta persona asume la dirección general.
El fundador puede pasar a ser el presidente de la junta y desde allí, colaborar, hacer seguimiento, aportar experiencia y controlar el desempeño de la empresa.