Donald Trump, desde que inició su primer periodo presidencial, critico que los empresarios estadounidenses tuvieran que buscar un lugar más económico y con mejores condiciones, para producir sus productos, llevando un éxodo de las fábricas de este país a China, como sede para sus fábricas. Lógicamente las consecuencias fueron muy duras para los Estados Unidos, dado que esto conllevo desempleo, desinversión, caída de la producción y por ende la baja creación de riqueza, etc.
Desde la presidencia de Trump, se inició el proceso de desinversión en China para llevar la producción a los Estados Unidos, y en casos necesarios a otros países cercanos. Esto resulto en un enfrentamiento entre las dos potencias, dado que la supremacía mundial es muy deseada por China, y Estados Unidos no está dispuesto a ceder ese lugar que ocupa hace ya muchos años.
Esta situación ha sido también resultado de las políticas de la administración Trump, seguida de la de Biden, que han gravado con altos aranceles los productos producidos en China; adicionalmente la crisis que se presentó en la cadena de suministros, al término de la pandemia, demorando la entrega de productos sustancialmente y aumentando el costo de transporte más de 15 veces, llevo a replantear la estrategia de esa cadena a nivel mundial, privilegiándose centros de producción más cercanos a los centros de consumo.
Esto ha desplazado fabricas a Europa, Asia, América del norte, centro y sur América. Como consecuencia de esta fricción entre esas potencias y las estrategias desarrolladas por los EU, llevó que el déficit comercial de EU con China se redujera en un 18%, llegando a US$430.000 millones.
Esta disputa llevo a que por primera vez en la historia, Estados Unidos le comprara más productos a México que a China, y que las exportaciones sur coreanas a Estados Unidos superaran las exportaciones coreanas a China por primera vez en 20 años.
México ha sido la gran privilegiada de estos juegos geopolíticos. El dicho popular de “Pobre de México, lejos de dios y cerca de los USA”, ya no es tan cierto dado que su vecindad a Estados Unidos le ha sido muy conveniente comercialmente. Ha logrado ventas de múltiples productos desde materias primas, pasando por ropa, alimentos, y llegando a autos.
El comercio mundial esta cambiando y esto mejora las expectativas para países tercermundista como lo del centro y sur América.
コメント