Cuando pensamos en nuestra realidad actual, vemos como los principios morales cada día son más escasos. Las mentiras, la corrupción, las falsas promesas, los asesinatos, la proclamación de lo falso en lugar de lo correcto, en fin cantidad de acciones equívocas y contrarias a la mora del ser humano, nos hace preguntarnos, hacia donde va el mundo y si su fin está cerca. Podemos pensar que el fin del mundo no será por una guerra nuclear, será por la falta de moral de líderes y seguidores. Es en este momento que debemos buscar acciones positivas a imitar, historias inspiradoras que nos animen y permita seguirlas.
El Titanic, además de ser fuente de películas de drama y amor, también lo es de historias inspiradoras que nos ayudan a creer que puede existir un mundo mejor, habitado por hombres mejores. Esta inspiradora historia que son realmente dos en una, la encontré en Quora. Ilustración XXI y narrada por María del Pilar Torrely Torrely. Veamos lo que nos enseña:
“Cuando el Titanic se hundió, a bordo viajaba el millonario John Jacob Astor IV. Su fortuna en el banco era suficiente para construir 30 Titanics. Sin embargo, ante el peligro mortal, eligió lo que consideraba moralmente correcto y renunció a su lugar en un bote salvavidas para salvar a dos niños asustados. Otro millonario a bordo, Isidor Straus, copropietario de la cadena de grandes almacenes más grande de Estados Unidos, "Macy's", dijo: "Nunca subiré a un bote salvavidas antes que los demás hombres". Su esposa, Ida Straus, también se negó a abordar el bote salvavidas, cediendo su lugar a su recién nombrada criada, Ellen Bird. Decidió pasar sus últimos momentos de vida con su marido.
Estos individuos ricos prefirieron desprenderse de su riqueza e incluso de sus vidas antes que comprometer sus principios morales. Su elección a favor de los valores morales destacó la brillantez de la civilización humana y la naturaleza humana de aquellos tiempos.
Pensando: Tanto cambiaron los tiempos y las personas que si esto pasara hoy; segurísimo que se salvan 3 millonarios y su loro y que toda la embarcación desaparezca.
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