La toma de decisiones es utilizada por todas las personas y empresas a nivel mundial. Es uno de los procesos más utilizados en el mundo y se presenta en las personas de manera, consciente (¿En que invierto mis ahorros?, ¿Qué carro compro?, ¿Dónde vamos de vacaciones?), e inconsciente (¿Qué camino tomo a la oficina?, leer mis mensajes de WhatsApp). Es de suponer que en las empresas esta acción sea realizada como consecuencia de un proceso más detallado y profesional. Sin embargo, en ambos casos se deben tener en cuenta unos mínimos para obtener los resultados buscados.
¿Qué significa la palabra “decisión”?
La palabra "decisión" se refiere a la acción de elegir una opción entre varias alternativas posibles. Implica seleccionar una opción después de un proceso de consideración y evaluación. La etimología de la palabra "decisión" se remonta al latín y proviene del verbo "decidere", que está compuesto por el prefijo "de-" (indicando un movimiento de un punto a otro) y el verbo "caedere" (que significa "cortar" o "decidir"). En su origen, la palabra "decidere" se utilizaba para describir el acto de tomar una decisión final o resolver una disputa.
El proceso de toma de decisiones debe poseer como mínimo los siguientes ingredientes:
Identificación del problema u objetivo: La toma de decisiones comienza con la identificación clara del problema o situación que requiere una decisión. También puede empezar por establecer un objetivo que se busca alcanzar.
Recopilación de información: Una vez definido el problema u objetivo, es necesario recopilar información relevante relacionada con la situación. Esto implica buscar datos, hechos, antecedentes, opiniones de expertos, etc. para tener una base sólida sobre la cual tomar la decisión.
Generación de opciones: Después de obtener la información necesaria, es importante generar diferentes opciones o soluciones que puedan abordar el problema o alcanzar el objetivo establecido. Esto implica pensar de manera creativa y considerar diferentes enfoques posibles.
Evaluación de opciones: Una vez se han generado las opciones, es necesario evaluarlas en función de diferentes criterios. Esto implica considerar los pros y contras, los beneficios y riesgos asociados, así como el impacto a corto y largo plazo de cada opción.
Toma de decisión: Después de evaluar las opciones, se debe seleccionar la opción que se considera la más adecuada. Esto implica tomar una decisión basada en los análisis y consideraciones previas.
Implementación: Una vez se ha tomado la decisión, es necesario implementarla en la práctica. Esto implica poner en marcha las acciones necesarias para llevar a cabo la opción elegida.
Seguimiento y ajuste: Después de implementar la decisión, es importante monitorear y evaluar los resultados obtenidos. Si es necesario, se deben realizar ajustes para mejorar el proceso de toma de decisiones y los resultados obtenidos.
Cuando se trata de tomar decisiones, hay varios aspectos importantes que se deben tener en cuenta:
Claridad sobre el objetivo: Antes de tomar una decisión, es fundamental tener claridad sobre cuál es el objetivo que se quiere lograr. Esto ayudará a enfocar la toma de decisiones y a evaluar las opciones de manera más efectiva.
Evaluación de riesgos: Cada decisión conlleva ciertos riesgos. Es importante evaluar y comprender los riesgos asociados con cada opción antes de tomar una decisión. Esto ayudará a tomar decisiones más informadas y a minimizar las posibles consecuencias negativas.
Consideración de las implicaciones: Antes de tomar una decisión, es importante considerar las implicaciones que esta tendrá en el corto y largo plazo, tanto a nivel personal como en otros aspectos relacionados. Es necesario evaluar cómo afectará a las personas involucradas y a otros aspectos importantes.
Consulta con otras personas: En algunas situaciones, puede ser útil y beneficioso consultar con otras personas antes de tomar una decisión. Esto puede proporcionar diferentes perspectivas, ideas y experiencias que pueden influir en la elección final.
Confianza en tus capacidades: Al tomar decisiones, confiar en tus capacidades y habilidades para evaluar y tomar decisiones informadas es crucial. Reconoce tus fortalezas y habilidades, y utiliza eso como base para tomar decisiones sólidas.
Aceptación de la incertidumbre: A veces, no se tienen todas las respuestas o la situación puede ser incierta. En tales casos, es importante aceptar que no siempre se pueden prever todas las eventualidades y tomar decisiones con la mejor información disponible en ese momento.
Escucha tu corazón: Cuando se tiene confianza en uno mismo, es muy importante escuchar tu corazón. Ese feeling, sentimiento o sensibilidad, generalmente es acertado.
Tomar decisiones implica asumir la responsabilidad de tu propia vida, poner en marcha tus objetivos y deseos, y aprender de tus propias experiencias. Aunque tomar decisiones puede ser difícil y conlleva ciertos riesgos, es fundamental para el crecimiento personal y el logro de una vida satisfactoria.
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